Las personas con problemas de abuso o adicción a drogas acuden con recelo y escasa frecuencia a los Equipos de Atención Primaria. Al hacerlo, tanto ellos como sus familiares y amigos  en algunos casos, son incomprendidos e incluso desorientados y desinformados respecto a las posibilidades de tratamiento de su adicción y de los recursos disponibles a su alcance. 

Normalmente la persona se dirige a quien siente más cercano o al  lugar que tiene más próximo. Los farmacéuticos de oficina posiblemente son los profesionales de la salud de mayor contacto con la comunidad, quienes diariamente se encuentran cara a cara con el paciente, quienes llegan a construir una relación mediante la que el afectado puede trasmitir los pormenores de sus problemas, no sólo de salud, sino también personales.